Tal como lo había comentado en mi primera entrega sobre este tema el pasado 3 de septiembre de 2010, nada, en lo que a Botnia, monitoreo, controles, acuerdos, etc. etc., se refería, estaba cerrado y/o solucionado, a pesar de las optimistas y grandilocuentes declaraciones que la Presidente, Timerman y cuanto "vocero autorizado" hayan emitido, para "contentar a la gilada" y también para satisfacción a ellos mismos.
Dijo triunfante nuestro Canciller en ocasión de la firma de las notas reversales: "para nosotros el conflicto con Uruguay está terminado". Todo sobre rieles, diferencias o diferendos superados, comisiones de uno y otro lado trabajando armoniosa y mancomunadamente, pero en realidad..., era cuestión de esperar y ver.
Transcurridos más de dos meses de paciente espera, vemos que nada de todo eso era cierto, al punto tal que el pasado domingo 14, ambos cancilleres se reunieron en Montevideo durante más de 9 horas para "tratar de destrabar"...¿qué?,... ¿si todo estaba oleado y sacramentado?.
Al parecer y por lo que ambas partes reconocen, no hay acuerdo ni en los aspectos más elementales del monitoreo: Argentina quería (o quiere ahora, no se sabe), "un examen constante de la planta con sensores que midan o controlen las 24 horas los 365 días del año" y además pretende que "se incremente el número de visitas de los técnicos a la planta", a lo que se opone la Delegación Uruguaya (o seguramente los de Botnia, nada es muy cierto porque se miente, se tergiversa y se oculta sin ningún tipo de reparos).
Así las cosas, ¿que era o a que se refería nuestro competente Canciller cuando más de dos meses atrás proclamara muy suelto de cuerpo, "para nosotros todo está concluido"?.
De acuerdo a lo que publican los diarios luego de concurrir a la Cancillería convocados por el jefe de la delegación argentina ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y Secretario de Estado de Coordinación y Cooperación Internacional de la Cancillería, Hernán Orduna, se estima que en unos 60 días "se podrá comenzar a instrumentar el plan de monitoreo con muestreos" (?). Y se estima, también - aquí todo se estima porque nadie sabe nada -, que, de no mediar mayores inconvenientes las primeras conclusiones de los estudios, no se conocerán al menos hasta mediados de 2011, como "consecuencia de la complejidad que tendrá el proceso de ahora en más".
Y nuevamente la "sanata": sin explicar absolutamente nada acerca de los motivos de las diferencias entre las partes, dijo, "las diferencias quedaron atrás". ¡Bravo! No hace falta oir más nada. Para que Uds. vean que todo esto se maneja con gran profesionalismo y responsabilidad, el Canciller sale en su apoyo con una sesuda declaración: "Los científicos discutieron un manual de química (¿?) y ninguno de los dos cancilleres podía intervenir mucho en esto".
Los trascendidos de la reunión pùblicados por la prensa uruguaya al menos hablan de ciertos elementos concretos que hacen al no entendimiento de todo este tema; cantidad de controles, parámetros a aplicar para las mediciones, y frecuencia y asiduidad que tendrían.
Todo esto está pendiente desde que se conoció el fallo de La Haya, es decir que de allí a acá no han hecho absolutamente nada, lo cual le conviene a Uruguay, cuyos responsables en el tema, con cada día que pasa, con cada día que nos "bicicletean", menos respeto nos tienen.
Y menos nos respetarán si leen con cierto detenimiento lo manifestado y conversado en la reunión de prensa convocada por Orduna. Una simple muestra de la "finesse" con que se trata el tema: luego de brindar algunas "pistas" y varios "supuestos", ejes troncales de su exposición, dijo, ya entrando en el tema de las concreciones, que la medición del río "será continua y que por continua se interpreta lo que el diccionario de la Real Academia Española define: aquello que no es interrumpido"!!!. Genial!!!
Le faltó, eso si, precisar como será esa continuidad, si una vez al año todos los años sin saltearse ninguno, cada seis meses sin saltearse ningún semestre o cada quinquenio sin dejar pasar ninguno. ¡Tienen la cara como una bigornia, no se les mueve un pelo!
Lo cierto es que nada de todo esto puede terminar bien cuando comenzó de la manera que todos conocemos.
Antes de instalarse Botnia en Uruguay, sus directivos estuvieron explorando posibilidades a ambos lados del río. Al parecer las "exigencias" de los gobernantes argentinos los llevaron a la otra ribera.
Luego, las autoridades argentinas que debían tratar estos temas no lo hicieron demasiado bien. El "Bobby" Garcia Moritán disfrutó durante largos años de la presidencia de la CARU y de sus suculentos viáticos y ventajas conexas (autos con chapa diplomática liberados en su propio país, gastos de representación, etc. etc.) pero se ocupó poco, muy poco, y, en su momento Bielsa, ya Canciller, no quiso, no pudo o no le interesó tomar el toro por las astas, es decir frenar o tratar de frenar desde el vamos esta monumental instalación. Tal vez porque no quería nuevos conflictos durante su gestión, tal vez por dejadez, tal vez por instrtucciones recibidas...vaya uno a saber.
Lo de Roberto Garcia Moritán es más delicado, se supone que quien preside un organismo de esta naturaleza, debe estar por lo menos al tanto de lo que sucede o va a suceder en las riberas del Uruguay. No hizo bien su trabajo, los resultados a la vista.
Instalado semejante monstruo frente a Gualeguaychu ya era demasiado tarde.
¡Vamos a La Haya, dijeron Néstor, Cristina y "tutti quanti"!. Hacia allí partimos munidos de cajas y cajas de documentos, antecedentes, alegatos y todo cuanto hacía falta, liderados por "Batman y Robin", Susana Ruiz Cerruti y Basave, quienes ostentan un abultado record negativo en cuanto a logros en foros internacionales.
Lo ocurrido es de dominio público, La Haya al igual que Pilatos, no se lavó las manos pero hizo algo parecido, ninguno tiene razón, pero los dos tienen algo de razón. Lo hecho hecho está, Botnia es una gigantesca realidad que está en pleno funcionamiento y no vamos a ser nosotros los que le impidamos continuar produciendo. Si Uds. argentinos no abortaron esto desde un principio no vengan a llorar ahora sobre la lecha derramada.
¿Que hacer entonces? Que las partes se reunan para acordar un plan de monitoreo conjunto satisfactorio, para que esto no vuelva a pasar nunca más, bla, bla, bla.
Conmoción en ambos bandos, ambos vencedores, ambos con la razón, pero con Botnia produciendo a pleno. En Uruguay el nuevo presidente manifiesta que "esto hay que arreglarlo de una forma u otra", somos hermanos, vecinos, fraternos, ¡casi un solo país!.
Se reunen Mujica y Cristina y aquí no ha pasado nada. ¡Tenemos acuerdo!. Aplausos, abrazos, manos en alto de ambos mandatarios entrelazadas como en el mejor de los mundos y todos felices...o casi todos. ¡Vamos a monitorear, reestructuraremos la CARU, Botnia, a partir de ahora, no va a poder derramar en el Uruguay ni un miligramo de substancias tóxicas!.
No hace falta ser Nostradamus para predecir este tipo de futuros. Superada la coyuntura y luego de las despedidas de las dos delegaciones con besos y abrazos, nuestras autoridades continuaron con el viejo hábito del cajoneo y el silencio, con el nefasto método de patear las cosas para adelante y/u ocultarlas, todo esto hasta que el tiempo hace que el tema haga nuevamente eclosión.
Las disidencias entre los científicos argentinos y uruguayos - que nadie o muy pocos saben cuáles son -, habían llegado - o no habían salido nunca -, a un punto muerto y estaban más que empantanadas.
¿Que hacer? Y...nuevamente un poco de teatro para calmar "la gilada". Para ello nada mejor que una maratónica sesión de trabajo entre ambos cancilleres de más de 9 horas ¡un día domingo!. ¡Eso es dedicación!, ¡eso es preocuparse!. De tanto que trabajamos o viajamos o "twitteamos" no nos alcanza el tiempo. ¡No importa! Sacrificamos todo un domingo pero tenemos un nuevo acuerdo.
No sabemos muy bien que es lo que hemos acordado, porque son temas eminentemente técnicos, según Orduna, "este es un proceso por aproximaciones sucesivas"(?), clarísimo como de costumbre, informando, para finalizar, que los controles serán diarios, mensuales, trimestrales y cuatrimestrales.
Mujica y los uruguayos contentos. Botnia sigue produciendo a todo vapor.
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